El sociópata no tiene conciencia pero sí tiene una identidad, mientras que los narcisistas no tienen personalidad propia sino que se visten con una ajena, un «tipo» de persona, un cliché.
El narcisista solo brilla cuando hay espectadores y tiene que vender un Mercedes Benz, pero una vez te conviertes en su pareja, la carroza se convierte en calabaza contigo dentro y pasas a ser un mueble más de su bonito apartamento. Atención, mujeres pubescentes con delirios de romance: Todos los narcisistas son animales heridos, por eso son narcisistas. Y doble atención, treintañeras con alma de veterinario: no es un lindo gatito, es una hiena.
Cuando un narcisista agota una fuente o esta inevitablemente lo descubre, su liturgia de liberación es abandonar el pellejo de su vida anterior (el traje) para empezar desde cero. El lema de un narcisista sería «No es que estés en otro sitio distinto ¡es que ERES distinto!» y así se presentan ante una nueva víctima. A los narcisistas solo les gustan los principios de las cosas porque todo narcisista es devorado por su personaje. En cada una de sus interpretaciones, su nueva mujer-muñeca y sus hijos (o familia) eventualmente le asfixiarán con sus necesidades, sus colegas identificarán sus patrones y le perderán el respeto, la casa soñada se convertirá en ataúd y el alcohol, el sexo furtivo, las drogas o cualquier fetiche que tengan serán su medicina para el aburrimiento eterno. El final del ciclo es el lugar donde le vimos la última vez, cuando su mujer le ha dejado, su empresa le ha dado de baja, su familia le desprecia y sus conquistas clandestinas no ven el momento de librarse de él.
Cualquiera pensaría que los narcisistas pueden ser vencidos pero no contamos con que es una cáscara hecha de pura supervivencia y para deshacerse del renacer, solo le hace falta otra casa, otra oficina y otra mujer nueva que le mire como si fuera Dios. Le pasará otra vez lo mismo, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres, aunque eso es algo que sabemos nosotros pero no él. Un hombre sin identidad no puede conocerse a sí mismo.
Nunca somos lo que decimos y mucho menos lo que pensamos, somos siempre lo que hacemos. En otras palabras, no somos nuestras circunstancias sino nuestras decisiones. Por eso, también es sano reconocer que si todos tus novios o parejas resultan ser sociópatas o narcisistas, el problema no son ellos, el problema eres tú, por eso, recomiendo la terapia con un profesional certificado en el tema, el conocimiento es útil, pero si no somos capaces de mirar internamente ciertas características de nuestra personalidad o comportamiento en las relaciones que nos hacen susceptibles a tener este tipo de relaciones, caeremos en un ciclo sin fin de parejas toxicas.
Muy buenos! 👍