No es mi intención con este articulo irme en contra de mi genero ni generar polémica, por el contrario, quisiera resaltar algo que estamos haciendo mal como mujeres y es no creerles a otras mujeres cuando denuncian que han sido víctimas de abuso psicológico, pensar que están exagerando o peor aún, ponerse de parte del agresor y hasta formar parte del abuso.
Cuando hablo de esto, lo hablo por experiencia propia, en los últimos meses no solo he soportado la indiferencia ante mi experiencia de abuso emocional por parte de amigas quienes en el fondo entiendo que no comprendan la situación pues el tema de psicópatas integrados y trastorno narcisista de la personalidad, es poco discutido y hay conductas sobre todo masculinas que están naturalizadas en nuestra sociedad y que hay que experimentarlo para comprender este tema, pero han minimizado mi sufrimiento con un: “supéralo” o “estas obsesionada”. Sino que también he sido víctima de abuso y acoso por parte de otras mujeres, o peor aún, algunas mujeres, que antes decían entenderme o ser mis amigas, se han aliado a este depredador psicológico para destruirme moralmente, para hacerme ver como una persona desequilibrada y hasta enviar mensajes intimidatorios pidiendo que me suicide, socavando mi dignidad y mi equilibrio emocional.
En el trabajo, me vi acosada por mi superior mujer, que a punta de falsedades e intrigas logró que me despidieran como represalia por poner en conocimiento su conducta abusiva. En el lado sentimental, vi como una “amiga” casada, iniciaba una relación furtiva con el trastornado y al yo descubrirlos usaron el argumentum ad hominen de decir que porque yo había tenido conflicto con mi jefe, entonces no era una persona creíble…bueno, eso y decir que estoy loca y que debo ir a un psiquiatra; también, una mujer, que dice estar informada sobre trastornos de personalidad y quien supuestamente me iba a “ayudar” a sanar, le revelo a este hombre con quien sostuve una “relación”, mensajes privados míos, y no conforme con esto, ejerce acoso cibernético tratándome de prostituta, llamándome por adjetivos denigrantes y claramente enredada emocionalmente con este hombre siniestro; extraño teniendo en cuenta que ella vive en México y él en Colombia, pero teniendo en cuenta el poder de convencimiento que tienen las personas con este trastorno y que de por si esta mujer tampoco es una persona digamos que con buenas intenciones y creo que está algo perturbada, pues ya nada me sorprende.
He descubierto que como género, no estamos unidas, que somos las primeras en tirar la piedra cuando se trata de juzgar a otra mujer, que muchas por un amor malentendido, han defendido a hombres abusivos, violentos y hasta a violadores y han culpado a las victimas femeninas de mentir o de ser las incitadoras de comportamientos abusivos y tóxicos de sus parejas masculinas (cuando en muchos casos, ellas también viven el maltrato), ni hablar de cuando una mujer se mete con un hombre casado, quien lleva siempre las de perder a nivel social y quien debe soportar las criticas de otras mujeres, es la supuesta “rompe hogares” y el hombre como el gato, siempre cae parado.
He visto con espanto comentarios en noticias sobre feminicidios, donde las mujeres hablan mal de las víctimas, comentarios tales como: “A ella le gustaba la mala vida”, “¿Por qué no se fue antes si ya sabía que era violento?”. O cuando una mujer denuncia la conducta impropia de algún famoso, algunas mujeres han dicho: “es que busca dinero”, “ella ya sabía a lo que iba”, “Solo quiere fama”.
Entonces ni hablar de cuando una mujer denuncia abuso emocional y psicológico, al ser heridas invisibles, pocas veces tienes credibilidad, otras simplemente te aconsejan “dejarlo pasar”, o se alejan de ti al volverte una persona monotemática. La naturaleza de algunas mujeres no es apoyar a otras mujeres. Es muy triste. Los hombres se protegen entre sí, y las mujeres protegen a sus hombres y niños. Las mujeres se vuelven hacia adentro y los hombres son más externos.
La rivalidad entre las mujeres surge en la mayoría de ocasiones del machismo: los hombres siempre han tratado de hacer que las mujeres se enfrenten entre sí. Algunas de estas mujeres se dieron cuenta, otras no. Pero las peores son las aliadas de los psicópatas y narcisistas, estas mujeres que aun no descifro si es por embrujo o por maldad, le ayudan a difundir rumores en tu contra, a veces apoyan el abuso psicológico, celebran el mal comportamiento de los agresores, otras hasta agreden físicamente y en caso de ser el nuevo suplemento, tratan de humillarte y se burlan de ti y sienten placer al verte destruida y se convierten en los mas malignos monos voladores. Después de esta experiencia con el narcisista, me he convertido en una persona suspicaz y aunque trato de ayudar, la verdad es que también estoy decepcionada de mi genero, yo siempre trato de ver lo mejor en todo el mundo y a veces pienso que la energía del narcisista también hace que atraigas personas con el mismo nivel de malignidad de estos seres, que no se si también padezcan un trastorno, o simplemente sea ignorancia, pero no se qué adjetivo endosar a unas personas que disfrutan el mal ajeno y parecen gozar y hasta más que el mismo narcicopata, cuando hacen daño a otra mujer.
Solo deseo que esta experiencia, nos sirva para dar el beneficio de la duda, para entender que la lucha verdadera del feminismo no es solo por el derecho a vestir o hacer lo que queramos con nuestros cuerpos, sino también, unirnos en hermandad, en apoyar y escuchar a otras mujeres, debemos visualizar la lucha contra el abuso emocional y psicológico, porque nos están destruyendo de manera sutil y soterrada, es la respuesta de los trastornados a la lucha feminista, “como ya no te puedo dominar físicamente y no puedo golpearte (aunque todavía lo hacen), voy a acabar con tu percepción y destruirte desde adentro” si lo analizan bien, es el crimen perfecto. Por supuesto, que también hay hombres que son víctimas de mujeres y de parejas del mismo sexo con trastornos, y también me gustaría que fueran más escuchados y se unan a esta lucha contra los abusos emocionales; pero al día de hoy, la mayoría de damnificadas por esta epidemia moral del siglo XXI (han existido desde siempre pero ahora se han desbordado) somos las mujeres.
Para finalizar, considero que de las cosas más satisfactorias que he escuchado de otra mujer en estos últimos meses de calvario, es que me haya dicho: YO TE CREO. Por favor, seamos verdaderas hermanas de género, yo se que por ahora, algunas estamos resentidas con otras mujeres porque han hecho parte activa del infierno que vivimos con el psicópata o narcisista, y ojala estas victimarias reflexionen algún día, pero no podemos cambiar a nadie, así que, debemos empezar nosotras a dar el ejemplo y apoyarnos en esta lucha.
Me quedo con esta frase de Madeleine Albright (secretaria de estado de USA 1997-2001) “Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres.”
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