Como bien saben, no soy muy fan de los trastornados, no me interesa si fueron abusados, desatendidos o sobrevalorados de niños, a mi lo único que me interesa es ver lo que hacen como adultos totalmente conscientes, pienso en cómo se reiría el narcivejete cada vez que me decía una mentira y yo me la creía, pienso que si no hubiera asumido ese personaje que creó para mi, jamás habría caído en su trampa, pienso en como ahora mismo, debe estar dichoso por haberse salido con la suya (por ahora) y además satisfecho de destruir a una persona más en el proceso, pienso que todo lo que hizo y dijo, lo hizo con alevosía, maldad y a conciencia, doble pecado cuando se es psicólogo. Explicar la etiología del mal es inevitablemente, darles una excusa. ¿A quién se ayuda exactamente explicando el mal? ¿Realmente hacemos desaparecer el mal diciendo que no existe? ¿Cambiamos a los malhechores al no llamarlos malvados? No, solo conseguimos que a los engendros les resulte más fácil continuar con su vida destruyendo personas. Tu ira no está mal. Tu ira es una señal de que reconoces los delitos que se han cometido contra ti o los que amas. ¡Tu ira es en realidad una señal saludable! La ira es una emoción apropiada a raíz de la maldad o la injusticia. Los sentimientos negativos no son inherentemente pecaminosos o incorrectos. Las emociones pasan. No intentes escapar de lo que sientes negando o fingiendo que no está allí. Que haces con tus emociones es donde el bien y el mal entran en escena. Obviamente, estar enojado no es una justificación para abusar de alguien o hacer algo malo. Soy de la firme opinión de que ciertas cosas deben indignarnos. Actos malvados deben hacernos enojar Es una respuesta apropiada y razonable a la injusticia y los actos maliciosos. Es una señal de que te respetas a ti mismo (o a los demás) cuando te indignas ante un comportamiento atroz. Reconoce lo que sientes y no tengas miedo de tus propias reacciones fuertes ante el mal. Los sentimientos negativos deben servir como una señal que le dice que algo está seriamente fuera de lugar. Ahí es donde se supone que debe entrar tu cerebro anterior. Las emociones no son inteligentes ni maduras. Son señales enviadas desde lugares primitivos a nuestros cerebros. Entonces, ¿qué hacer con ellos? Reconocer que son lo que son. Luego, aplicas tu capacidad de razonamiento a la situación. ¿Qué es la injusticia? ¿Qué puedes hacer para enfrentar la situación y eliminar la amenaza? ¿Es hora de traer la ley? ¿Es hora de irte? No tengas miedo de tus fuertes reacciones, úsalas para motivarte a cambiar las circunstancias: Legalmente y moralmente. No te dejes llevar por tus emociones negativas para tratar de comprender lo incomprensible. Usted no ayudará al narcisista "entendiendo" cómo se volvió maligno. No te ayudarás a ti mismo tampoco. Nuevamente, esto se debe a que podemos formular una hipótesis desde aquí hasta la eternidad, pero nunca saber cómo nació el mal. Gastar su tiempo y energía finitos tratando de resolver lo que no se puede resolver solo lo distraerá de encontrar soluciones a los problemas actuales. No se deje engañar hay gente que quieren la paz a toda costa. Están dispuestos a pasar por alto los crímenes de los abusadores para mantener las cosas bien en la superficie. Quieren que te arruines fingiendo que alguien no te lastimó, te robó, te calumnió, etc. Exigen que te sometas a un mal trato para que no tengan que lidiar con nada tan descompuesto como tus sentimientos de dolor o rabia. ¿Ves lo que estoy diciendo? Estas personas que condenan tus sentimientos negativos te exigen que toleres que te violen. Están exigiendo tu silencio. De hecho, en un sentido real, se están aliando con el narcisista. No quieren ser molestados por tus reacciones justificables a los hechos malvados que te han hecho a ti o a los suyos. Abandona tu búsqueda para encontrar la paz a costa de la honestidad. Sé honesto contigo mismo acerca de lo que sientes. Intentar disminuir la culpa de los verdaderos culpables es una forma ilegítima de hacer frente a sus reacciones negativas ante ellos. Acepte la verdad de que una persona decente debe estar enojada e indignada por los comportamientos perversos y malvados de los que fueron víctimas. La gente malvada se crea a sí misma. Se presentan ante Dios mismo sin excusas por sus malas obras. Él eliminará todas sus excusas en su juicio personal y se verán obligados a asumir toda la culpa por sus elecciones. Debemos dejar de tratar de ser mejores que Dios mismo y empezar a actuar como seres humanos.
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